
Trump exige a Putin parar la "ridícula guerra" o "por las buenas o por las malas"
"Si no hacemos un trato, y pronto, no tengo otra opción que imponer altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones a todo lo que Rusia venda a los Estados Unidos y a varios países participantes".
MUNDO
El Mundo
1/23/20255 min read


"Escalar para desescalar" y "la paz a través de la fuerza" son los dos mantras de la naciente política exterior de Donald Trump para su segundo mandato. Lleva meses repitiéndolo, al igual que la promesa de acabar con la guerra de Ucrania el primer día. Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. El equipo de Trump pudo cantar victoria con la esperada tregua entre Israel y Palestina antes incluso de volver a la Casa Blanca, y atribuirse el mérito con buena parte de razón, pero el asunto de Ucrania está muchísimo más enquistado, no hay avances sobre el terreno y sí muchos nervios por las críticas.
Y hay pocas cosas que Trump lleve peor que la sensación de que en vez de ser amado, respetado y admirado se burlan de él. Con todos los factores en línea es más fácil entender su movimiento de este miércoles, advirtiendo a Vladimir Putin de que tiene que parar la guerra ya y puede hacer "por las buenas o por las malas", recomendándole encarecidamente la primera opción.
En un mensaje publicado en su red social, el presidente de EEUU, tras ver las noticias de la mañana, ha instado a Moscú a "detener esa guerra ridícula" inmediatamente, en una combinación pasivo-agresiva, llena de palos y zanahorias. "No busco hacer daño a Rusia. Amo al pueblo ruso y siempre he tenido una muy buena relación con el presidente Putin, y esto a pesar de la farsa de la izquierda radical: Rusia, Rusia, Rusia", ha dicho insistiendo como hace desde hace años en su buen entendimiento con el dictador ruso, al que admira por su fuerza y control del país y aprovechando para incidir en otra de sus obsesiones, la investigación de su primer mandato sobre los vínculos de su campaña y equipo con Rusia, que llevó a la cárcel a alguno de sus asesores.
"Nunca debemos olvidar que Rusia nos ayudó a ganar la Segunda Guerra Mundial, perdiendo casi 60.000.000 de vidas en el proceso. Dicho todo esto, voy a hacerle a Rusia, cuya economía está fallando, y al presidente Putin, un gran FAVOR. ¡Lleguen a un acuerdo ahora y DETENGAN esta guerra ridícula! SOLO VA A EMPEORAR", ha añadido. "Si no hacemos un "trato", y pronto, no tengo otra opción que imponer altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones a todo lo que Rusia venda a los Estados Unidos y a varios otros países participantes".
La mezcla es confusa. Elogios hablando del pasado, críticas al estado de la economía rusa, la petición de un acuerdo de paz y acto seguido una amenaza, hablando de "impuestos, sanciones y aranceles" como si EEUU, con la UE y sus aliados, no llevara usando esa estrategia desde 2022, con resultados agridulces. Han debilitado la economía rusa, castigado muchos sectores, pero no lo suficiente como para que Putin retire las tropas. Pero las prohibiciones están en vigor.
"¡Terminemos con esta guerra, que nunca habría comenzado si yo fuera presidente! Podemos hacerlo de la manera fácil o de la manera difícil, y la manera fácil siempre es mejor. Es hora de "HACER UN TRATO". ¡¡¡NO DEBEN PERDERSE MÁS VIDAS!!!", ha concluido Trump en su mensaje.
Poco después de que Trump amenazara con aranceles y sanciones contra Moscú si el conflicto no se detiene, Rusia dijo que está en las manos del nuevo presidente "detener esta política maliciosa" que según el gobierno ruso les forzó en 2022 a lanzar una invasión a gran escala que todavía continúa. Según se desprende de la reacción del embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dimitri Polyanskiy, Rusia de momento prefiere esperar a ver qué entiende el presidente estadounidense por un "acuerdo" para poner fin a la guerra en Ucrania, informa Xavier Colás.
Trump apenas ha dado pistas sobre su plan para acabar con la guerra. Moscú insiste en que es culpa de los demás. "No se trata sólo de poner fin a la guerra", dijo Polyanskiy a Reuters. "Se trata, ante todo, de abordar las causas profundas de la crisis ucraniana".
"Tenemos que ver qué significa 'acuerdo' según el presidente Trump. Él no es responsable de lo que Estados Unidos ha estado haciendo en Ucrania desde 2014, convirtiéndola en 'antirrusa ', preparándose para la guerra con nosotros... pero ahora está en su poder detener esta política maliciosa", añadió Polyanskiy.
Malestar en la Casa Blanca
En la Casa Blanca hay malestar porque Rusia no ha movido ficha como querían, esperaban o soñaban. Era la gran apuesta internacional del presidente, que no sólo se ve como el gran estabilizador del tablero global sino como un líder respetado en Moscú. En las últimas dos semanas el equipo de transición de Trump fue admitiendo en privado que iba a ser más complicado, y que el 'leverage', la palanca que tenían sobre Benjamin Netanyahu para forzarle a aceptar un acuerdo no la tienen sobre el Kremlin.
Pero ahora, la defensa es más complicada, embarazosa incluso. Es el caso del nuevo Secretario de Estado, Marco Rubio, y responsable de la política exterior, que preguntado nada más jurar el cargo minimizó, y mintió, diciendo que en realidad Trump nunca había prometido acabar con la guerra, a pesar de que hay infinitos ejemplos. "Si mira bien la promesa es que haríamos que fuera la política oficial del Gobierno de EEUU que debe acabar la guerra en Ucrania, que está enquistada", dijo Rubio en una entrevista en la CBS, como si esa no hubiera sido la "posición oficial" de Joe Biden.
La tesis de los expertos escogidos por el nuevo presidente para lidiar con la guerra de Ucrania es que en efecto la doctrina de "paz a través de la fuerza" es la correcta y que el método tiene que ser una escalada. Pero hablar de aranceles y sanciones no es la respuesta. El general Keith Kellogg, que fue consejero en materia de seguridad nacional entre 2016 y 2020 y ha sido designado como enviado especial y asistente del presidente para Ucrania y Rusia tiene por escrita la ruta que a su juicio hay que seguir.
Lo plasmó como director del centro de seguridad del America First Policy Institue, un think tank conservador pero no aislacionista, criticando a Biden porque debería haberle proporcionado a Ucrania las armas que necesitaba para ganar rápidamente, pero en lugar de eso, temió una posible "escalada" rusa y le "proporcionó una prudente dosis intravenosa de armas. Biden se opuso a proporcionar muchos sistemas de armas importantes, como tanques, aviones y artillería de largo alcance, antes de cambiar de opinión. El resultado es que Ucrania ha tenido suficientes armas para luchar, pero no las suficientes para ganar", afirmó en su ensayo.
Hay muchos en el entorno de Trump, empezando por su familia, que no verían con malos ojos cortar de golpe la ayuda a Ucrania y forzar así una paz a través de la rendición. Pero otros, como Kellogg, confían en poder zanjar la sangría con un camino intermedio, forzando a ambas partes a negociar. Y eso exige una amenaza: la de decir que se darán a ucrania todas las armas necesarias, y sin ningún tipo de restricción para ser usadas en todo el territorio ruso. Algo que el propio presidente, todavía al menos, no contempla.
cortesía: El Mundo

