
Boca Juniors y River Plate: Baño de realidad a la soberbia
Los equipos argentinos viven en una realidad alterada en la que se sienten superiores a la mayoría y a la par de los grandes de Europa; sin embargo, en el Mundial de Clubes recibieron un baño de humildad.
DEPORTES
ESPN Deportes
6/28/20252 min read


Boca Juniors y River Plate ofrecieron en el Mundial de Clubes una radiografía de lo que es hoy en día el futbol argentino: pasión y fanatismo al extremo acompañados de muchas patadas y poco juego.
Los dos equipos más importantes de Argentina recibieron un baño de realidad al quedar eliminados de manera poco digna de la justa que se celebra en Estados Unidos.
Boca pasó de plantarle cara al poderoso Bayern Munich tras ofrecer un partido muy digno, a empatar ante un equipo semiprofesional de Nueva Zelanda para convertirse en la botana del torneo, hasta que llegó River para hacerle competencia.
Desde hace varios años la Liga Argentina dejó de ser un torneo atractivo y mucho menos competitivo. Se juega en estadios y canchas que en su mayoría están en condiciones deplorables, no hay equipos que practiquen un futbol agradable, vamos, ni siquiera lo intentan porque es sencillamente imposible.
Lo que mantiene vivo al balompié argentino es la generación de futbolistas y la venta prácticamente inmediata que realizan los clubes: el ejemplo más reciente, Franco Mastantuono, que sin cumplir la mayoría de edad fue traspasado al Real Madrid por más de 60 millones de euros.
Antes el Manchester City compró a Claudio Echeverri y más atrás a Julián Álvarez. Incluso Europa ya no es el único mercado para los jugadores argentinos que surgen y que necesitan salir para obtener mejores contratos, a la par que le generan una derrama económica a sus equipos. La MLS, Brasil y en menor medida Arabia Saudita, son otras alternativas.
Por ello no existe una sintonía entre la liga y la selección argentina, integrada prácticamente en su totalidad por futbolistas que están en los mejores clubes europeos, y por Messi que decidió pasar sus últimos años como profesional en Estados Unidos.
Y no es que Boca y River no sean competitivos, lo son, el argentino tiene ese ADN que le impide achicarse o tener pánico escénico en las grandes citas, pero sucede que también son presa de su soberbia, de vivir de glorias pasadas, de pensar que su escudo es más que cualquiera y en ocasiones, como sucedió en el Mundial de Clubes, se topan con la realidad.
Una Liga con 30 equipos y un torneo que fomenta la mediocridad, tarde o temprano exhibe a sus principales exponentes, y si ya habían tenido sonoros fracasos en Copa Libertadores y Sudamericana, no podía esperase algo distinto en una justa de mayor exigencia.
Los argentinos, quedó claro en las decenas de entrevistas que ofrecieron los aficionados de Boca y River en distintas ciudades de Estados Unidos, viven en una realidad alterada en la que hacen menos a todos sus rivales creyendo que están a la altura del Real Madrid o Bayern Munich.
Después el golpe de humildad y realidad llega cuando los exhibe un maestro de educación física, un peluquero, un agente inmobiliario y un broker de seguros, entre otros jugadores amateurs, todos comandados por un dentista.
De ese tamaño fue el fracaso de los dos ‘grandes’ de Argentina.
cortesía: ESPN Deportes

